Independencia de Colombia: imágenes, frases y pensamientos de Simon Bolivar
Dicen que fue loco, que estaba totalmente desencajado por querer independizar a la América española y querer formar un solo puño, que fracasó muchas veces hasta que logró sus objetivos, que tenía las ideas excesivamente fijas y miles cuestiones más. No es de alarmarse: a los adelantados, a la vanguardia, a los que vislumbraron problemáticas muchas décadas antes se les ha tachado de lunáticos (y eso independiente si veían mucho a la luna). Simón Bolívar, al igual que San Martín, fue un gran libertador, enorme, imposible de ponderar su valor para estas latitudes. Te presentamos independencia de Colombia: imágenes, frases y pensamientos de este político y militar venezolano.
Imágenes con pensamientos y frases célebres de Simón Bolívar
No queramos ser originales; muchas veces no se puede. Y cuando descubrimos cierto pensamientos claro, diáfano como el amanecer más hermoso, nos damos cuenta que lo sacamos de otro. Aquí te vamos a emplazar pensamientos de uno de los políticos más sustantivos de la historia: Simón Bolívar.
La violencia en sí misma no genera autoridad. No hay nada que se pueda forjar solo con la violencia; con esto queremos decir, según lo expresaba Bolívar, que luego se necesita acuerdo, pacto, negociación, discurso. De lo contrario, todo el sistema se destruye.
Todos los máximos libertadores de esta época (y Bolívar no escapaba a ello) eran iluministas. Consideraban que la razón, el derecho natural, la equidad, la justicia, guiaban el mundo. La tradición, la religión que ensordece no podían ser más que ignorancias peligrosas, sobre todo para un fin tan sublime e importante como la independencia.
Desde los grandes dichos hasta los pequeños, se puede ver lo que era la persona. De hecho, en lo minúsculo, en lo infinitesimal, en ese esfuerzo no observado, hay mucho más de lo que se cree. Y eso teniéndolo en cuenta para reflexionar sobre la vida de estos individuos francamente extraordinarios en tantas cuestiones (aunque todavía humanos y no como nos hacían creer en el colegio).
Libertad, una palabra que era fija para el nacido en Caracas; libertad, una obsesión que no lo dejaba descansar nunca (si no lo sabría Simón Rodríguez, su preceptor); libertad, un sueño que se tenía que cumplir por estas latitudes de américa.
Romper con la tiranía, romper con la monarquía de un tal Fernando que estaba en apuros allá, a lo lejos, en la luminosa Europa ¿Quién era Fernando para un originario de lo que hoy es Venezuela? ¿O Perú? Absolutamente nadie. Y para los colonos un amo benevolente u odioso, según quien y los intereses, claro está.
La moral es todo en la vida. Si no hay Dios o este está ausente, como claramente se ve, ¿qué podemos hacer para que las personas sean honestas, ni hablar los legisladores? Solamente la moral de uno, que se cierne en la conciencia como un haz de deber insoslayable. Eso es; no nos queda otra. Hay que actuar bien, por el bien mismo.
Las nuevas naciones no solo se forjaban con intenciones, sino con ideas y materialidad, bien mezcladas.
Hay que reconocer en todas estas frases una idea madre, desgarradora y fija: ¿cómo conseguir estabilidad en naciones que recién surgían? ¿O acaso se piensa que eso fue fácil, ciudadanos de américa 200 años después? No, nunca; no por algo tantas guerras civilices acaecieron.
La ignorancia, para un iluminista,es lo peor. El iluminista puede pasar por vanguardista, incluso por un poco pedante. Es que el siente que sabe lo que muchos no, que lo ve lo que muchos no; que tiene, por lo menos en ese instante, las cartas verdaderas de la historia. Simón creía eso por su formación, por su viajes a Europa, por esa cosa de la época en donde todo lo que se respiraba era revolución, sobre todo francesa, tan reciente.
El soldado es patria porque la construye desde sus cimientos. Las civilizaciones de américa tienen ese rasgo: fueron militares antes que existir, hubo armas antes que ciudadanos; de ahí se derivan, para bien y para mal, terribles implicancias.
Cuando vemos acomodaticios, clientelismos, nepotismos en los lugares donde solo el merecimiento por capacidad y conocimientos valdría, no podemos más que sentirnos identificados con este hombre.
La idea de progreso siempre ha existido, muchos estudiosos lo han demostrado; pero seguramente ha sido utilizada en una enorme cantidad de veces en esta época. España ya no significaba nada, no era una potencia mundial y las riquezas obtenidas del nuevo mundo solo tenían rasgos transitivos en ese país. Había que salir adelante, naturalmente.
Una dictadura es imposición, mandato, locura, delirios de grandeza, a veces hasta maridaje con lo divino. La libertad, el libre pensamientos, la igualdad, la real justicia no existen ni existirán. Esas ideas las tenía más que claras Simón Bolívar.
Uno se impone el castigo más justo porque uno solo conoce los vericuetos del alma, sus arcanos peligrosos, sus meandros sumamente complejos. Es así: no hay mejor censor que el que puede ser uno mismo, ya que solo uno se habita. Muchas veces, desgraciadamente, nos engañamos; aunque si hay un poco de conciencia moral siempre acaece el remordimiento.
Y quizás murió con un sabor amargo, observado que su sueño de la gran América era imposible. Algunos lo han tachado de ignorante, por no considerar razas, culturas, climas, ideas totalmente disímiles en un espacio de tierra ciclópeo; otro un visionario porque solo juntos triunfaríamos frente a los verdaderos poderosos del mundo. Cada quien, año 2017, sacará sus conclusiones al respecto.
Si la tiraría, la deshonra, la usurpación, lo perimido está en frente, todo está permitido. Un pensamiento que puede parecer duro, árido; pero que no podía ser de otra manera en su contexto. La política es la continuación de la guerra, eso quiere decir que las asimetrías, ciertas relaciones de fuerzas perduran en la sociedad más allá de los tiempos de paz. A la inversa, es lo mismo.
Siempre es bueno aprender de las grandes cabeza en esta vida. La formación es infinita y es un idiotismo, en el sentido lato y estricto, cavilar que uno tiene etapas para la formación, momentos de la vida. Incluso hasta es saludable aprender toda la vida, porque nos aleja de la soberbia y del orgullo. Solo sé que no sé nada anunció el sabio más enorme que vio el mundo.
Asimismo, de esos grandes cráneos de la historia, siempre se pueden hallar ideas para aplicar en el presente. No hay nada perimido ni detenido en algún momento; todo se puede utilizar otra vez, como los pensamientos de Bolívar.
No descansaré mientras vea liberada a la patria. Esa idea fue tal cual, tal anhelo se cumplió; por más que los sueños quedaran algo truncos y las energías terminaran siendo algo pocas. A veces las ideas van más rápido que nuestros pies. Y eso no quita mérito alguno a la acción; le da nobleza y dramaticidad.
El engaño, la engañifa, los dobleces, las ideas taimadas y todas esas cuestiones solo pueden existir si hay un pueblo poco preparado. En una nación pensante, los embusteros desaparecen.
Frases fuertes muchas de ellas, donde cada lector anunciará su corrección, su negación o perfecto asentimiento. Tenemos el bagaje para ello.
La ignorancia, para un buen iluminista, es dependencia, miseria, destrucción, muerte, oscuridad sempiterna.
Esperamos que estos pensamientos del gran Libertador, como le llamaban, sean de tu agrado.