Imágenes con frases sobre los Sueños y logros
¿Qué es un ideal? ¿Una idea bien fija? ¿Una meta a alcanzar? ¿Un sueño que nos desvela o deja en vilo toda la noche? ¿Una pequeña locura que nos mantiene vivos y frescos? Seguramente sea un poco de todo, con algo más que evidente: avanzamos. Y claro: el anhelo mueve, es un acicate, hasta podríamos representarlo como cierto escozor que nos hace salir del estado que estamos, de ese anquilosamiento que no suma para nada. Y los sueños están para hacerse, aunque con el paso de tiempo se modifiquen su índole. Te presentamos bajo esa sintonía imágenes con frases sobre los sueños y los logros.
Imágenes con frases sobre sueños y logros
La vida tiene que ser estímulo de alguna medida. Necesitamos estar motivados constantemente y, en todo caso, crear una disciplina que se nutra de aquella savia de vez en cuando. No nos gustan los sujetos apagados; es como que se pierden algo sustantivo de la vida.
A veces la ecuación es más que simple: si tú no luchas por tus sueños, otros lucharán por los suyos ¿Te das cuenta lo que queremos decirte, querido lector? ¿No es ostensible? Bueno: posiblemente en esa coyuntura terminarás trabajando por los sueños…de otros, naturalmente.
Siempre los inicios son pequeños, mezquinos y es hasta algo típico de la persona que principia de cero en determinado ámbito. Quienes soslayan esa realidad han tenido otras clases de prebendas; pero la mayoría, claramente, no cuenta con esos beneficios. Así que nada de verguernza y sí mucho de trabajo, ya que ahí está la verdadera respuesta a cualquier anhelo que aparezca.
¿Qué es ser exitoso? Por lo general se lo reduce a lo material, aunque eso es un craso error ¿Por qué debo hacer depender mi ser al mero tener? ¿No es una ontología plenamente negativa, llena de cosificación? Claro que sí, por eso aquí anunciamos que el éxito es la felicidad, ocupar el sitio idóneo, el que queremos en esta vida y estar pletóricos de goce.
El temor, el miedo, es lo peor. No te deja actuar, te convierte en una suerte de persona gástrica reducida a su escueta mismidad. No, para animarse hay que ser conquistador, romper barreras, buscar retos, desafiar realidades totalmente distintas y quebrar con esquemas anquilosados de siempre. No cualquiera puede serlo, pero cómo vale la pena.
¿No quieres que te sorprenda el futuro? ¿Te da pavor la indeterminación de la existencia? Bueno, ante semejante actitud, solo se puede hacer algo: actuar de determinada forma, con mucho trabajo, para que nada quede librado al azar.
Todo lo que el ser humano hace con pasión sale excepcional, porque le ponemos nuestra vida, debido a que hay carne en ese trabajo, tensión bien propia, sueños abigarrados. No hay de otra forma si queremos realmente ser los mejores.
La vida es decisión, por lo tanto la vida es libertad plenamente humana. Somos lo que decidimos ser y aunque otros decidan por nosotros en ciertos momentos siempre poseemos la última palabra. Incluso, dirá Sarte, el atormentado antes de ser ejecutado tiene una pizca de libertad.
Fe: un artículo que no depende de la razón, que puede hacer estallar cualquier especulación a priori y que, sin embargo, nos da una fuerza tan grande que somos pasibles de lo imposible. Seamos hijos de la fe en ese sentido; quizás nos convenga sobremanera.
Lo vital es que creas que tu sueño es enorme, que vale la pena tamaños denuedos ¿Sino quién lo hará? ¿Alguien lo cuidará de igual manera? No, es tu propiedad y tú deberás protegerlo.
Trabajo duro; no hay atajos, ni manás cayendo del cielo. A veces esperamos resultados a la manera pasiva, cuando en verdad, en la mayoría de los casos, es indispensable praxis, accionar puro, riesgo y cuestiones por el estilo.
La vida tiene altibajos, otorga momentos de risas e indudablemente de llantos, es una montaña rusa muy peculiar ¿Pero cómo evitamos semejantes tortuosidades? Solo hay una manera: la firmeza, casi como una flecha, de los sueños. Hablamos de un poder de rectitud que fractura cualquier contato de modulación.
No permitas que tus sueños caigan bajos o que otros seres los fustigen o ninguneen. Es importante que los cuides, que los trates como el mejor, el más bello de los tesoros.
Vivamos el sueño. Que no es dormirse, ni existir en un mundo imaginario; sino forzar de tal modo a la realidad que el rostro que nos muetre coincida con el nuestro. El hombre que lo logra puede darse por satisfecho; tiene un nivel de autodeterminación al que pocas personas alcanzan.
El hombre vive de los sueños, porque justamente es materia por la cual vivimos. Quizás eso sea la vida, por lo menos en los casos de esos individuos que la quieren: añadir siempre una nueva, flamante excusa para seguir arriesgando, luchando, respirando.
A veces los sueños tienen su propia brújula y uno siente que los caminos se abren, que las posibilidades son hermosas flores que siguen al sol.
Un mero sueño no sirve de nada, es pura palabrería. En cambio, un sueño con acción ya amerita planes, formas de consecución. Lo último es bien distinto, debido a que nos predispone a la realización.
Y las excusas pueden emergen muchas veces, casi hasta hastiarnos incluso a uno mismo que las impone. Solo son obstáculos; nos alejan de lo verdaderamente importante. Escupamos, por lo tanto, a cualquier fundamento negativo, a cualquier talante de explicación para darle justificación a ese enorme NO que tenemos en la frente.
La vida es única, irrepetible y hermosa, por lo tanto. No podemos pensar que hay días, jornadas, ni siquiera segundos para desperdiciar. Hay que cuidarla como el mejor de los tesoros, ya que cualquier día puede ser uno enorme.
Volar, ser etéreos, consecuentes, flexibles; pero resolutivos. De eso se trata seguir los sueños, así es como nos percibimos o sentimos cuando caemos sobre semejantes menesteres. Es necesario, entonces, tomarse muy en serio.
Siempre serán las ganas las que crearán esa línea divisoria entre quienes consiguen el objetivo y los numerosos que se anquilosan en el camino.
El hombre vive de los sueños, necesita de ellos como del aire fresco o de un rico alimento. No dudemos, por lo tantos, de vernos pleróticos de sueños, de anhelar tantas cosas porque nos dan motivos, claramente, para seguir existiendo. Y no hay nada más maravilloso que semejante destino manifiesto.
Los pensamientos determinarán tu actitud ante la vida. Si sueñas en grande o piensas en grande, más que frustración crearás enormes posibilidades; en caso contrario, será difícil que la realidad te guiñe el ojo. Entereza, prestancia, fuerza, madurez; un poco de todo eso es indispensable para los anhelos.
Nada de miedos; ese es un verdadero enemigo que extirpa posibilidades o solo deja en pie las negativas, las que son en calidad de repetición, de aburrida conservación. Y ya sabemos una gran verdad fisiológica: cualquier mantenimiento es muerte; hay que crecer constantemente.
Hay que ser maduros para comprender que a veces los sueños no se dan a la primera, pero eso no oblitera que no resulten en algún momento ¿Tomarás el ácido de la frustración como soporífero formidable o lo convertirás en una letal estimulación? Tú decides, naturalmente, en cada decisión que hacer con ese interrogante.