Imágenes Chidas de Desamor y tristeza para celular
El amor es algo complejo, ya que puede generar grandes alegrías, pero también profundas pesadumbres. No es fácil ser rechazado, confiar y que te engañen o ser simplemente supernumerario para la persona que tanto se ama. De todas maneras, el amor también es eso: la oscuridad luego de la luz, la tristeza por sobre la felicidad. Y hay que aceptarlo así, si el individuo tiene la desgracia de vivirlo. Aquí, como una suerte de acompañamiento en momentos difíciles, te presentamos imágenes chidas de desamor y tristeza para celular. Muchas de ellas te encantarán. Ideales para mirar en un día feo o nublado, de esos que no te permiten salir de tu casa ¡No te las pierdas!
Imágenes de desamor para pensar
Por lo general, en cuestiones de desamor, y a grandes rasgos, se puede llegar a dos conclusiones o desenlaces: sufrir terriblemente, sentirte apesadumbro, escueto para la persona que tanto quieres y no aprender absolutamente nada, porque el dolor no tuvo sentido o debido a que ya viviste situaciones similares; en el segundo escaso, se da una situación análoga, pero luego del dolor con ciertos aires de vanagloria puedes decir: «sufrí pero aprendí. Ese pozo no me va a agarrar nuevamente». Y en todo caso, son los golpes de la vida los que nos dan la sabiduría y la confianza. Hay que tomar esas vivencias para aprender ¿El corazón se endurece? Tal vez, sin embargo, es necesario.
Enseñanzas y frases de todo tipo
A veces a la filosofía se le quiere dar aires de algo innecesario; sabiduría tonta: o es algo tan abstruso que es una pérdida del tiempo demorarse en ello o, al contrario, se encarga de superficialidades, de simplemente teclear sobre la superficie. Es una mentira supina y para demostrarlo en nuestro tópico tenemos una gran verdad de uno de sus máximos exponentes, Aristóteles. Él mismo decía que gran parte de la sapiencia era un hábito, ya que sólo somos sabios por la repetición de algún modo. Más allá de lo discutible de la definición, en el amor y el desamor hay una cuota de verdad: cuando ya han rasgado nuestro corazón, con cicatrices que quedaron profundas por un suplicio sustancial, algo de ello tenemos que sacar. Aprender y aprehender es sustantivo en estas ocasiones para no caer de nuevo en una situación análoga. Tomemos esa sabiduría del dolor y utilicémosla como rueda de auxilio. Siempre, en cada momento.