Imágenes con frases de motivación y optimismo para compartir
Había un hombre tan avaro que arrojó en forma de un lingote enorme, sin haberla utilizado nunca, toda su fortuna. Un ladrón descubrió su secreto y le robó el oro. La persona estaba desesperada, hasta que cayó un amigo y le dijo algo terrible: «no te preocupes, estimado, puedes poner en lugar de tu capital piedras, ya que en definitiva no lo tocabas». La vida puede ser la más maravillosa de las fortunas y, sin embargo, la carencia de motivación, optimismo y el miedo a fracasar generan que nunca actuemos y así pasemos por la existencia sin gloria y con pena. Te presentamos nuevas imágenes de motivación hermosas y brillantes ¡Imperdible!
Imágenes de motivación y optimismo para descargar
La vida está para vivirla. Y obviamente eso implica errores, frustraciones, deseos truncos; pero también enormes satisfacciones. En esa fortuna de la que hablábamos al principio; pero tenemos que estar dispuestos a utilizarla. De lo contrario, el tiempo pasa irremediablemente.
Se suele decir que el tren pasa una sola vez. Es una suerte de frase dicha, que seguramente la empiria contradiga. Sin embargo, sirve como acicate: pensar que una cosa solo sucede una vez nos impele a actuar del mejor modo.
La vida tiene mucho de contingencia e indeterminación; ese es el mundo de los humanos. Con los dioses todo es necesario, todo ocurre porque debe ser así; en cambio aquí las cosas son distintas.
La vida es para aprovecharla y usarla. Es como agarrar un libro: uno rayado, subrayado, remarcado, escrito, deteriorado, nos tiene que dar felicidad. Es un libro que vivió. Tristeza es ver aquellos que quedan impolutos a lo largo del tiempo.
Sencilla es la felicidad, aunque tal vez no sea fácil ser sencillos. Una frase que indica siempre lo mismo: el problema en todo esto siempre es el humano y su disposición ante el mundo.
No hay necesidad de ser normal, hay que vivir la vida sin importar lo que digan los demás. Cuando logremos quitarnos todo tipo de vergüenza, sabremos lo que es la verdadera felicidad y la libertad absoluta. Es muy normal en el hombre colocarse grilletes el mismo.
No hay perfección mas que en Dios. El humano solo llega a un estado sublime por medio de errores, de esbozos, de ensayos incesantes. Y si logramos lo primero, que es un prodigio, serán en veces contadas con una sola mano en la vida.
Si la memoria te ata a lo negativo, al odio, la locura e incordios similares, lo mejor es ser muy desmemoriados ¿Cuál es la bonanza? La indiferencia, un verdadero don de súper hombres, porque se dan cuenta que lo que a otros molesta a ellos ni les hace cosquillas. Además de eso, ven al resto con aires de suficiencia terrible.
Es necesario tener entusiasmo, que etimológicamente no quiere decir más que tener un Dios adentro. Y es una buena semejanza: con motivación logramos lo que sea o por lo menos a priori lo sentimos así. Claro está que una deidad no desea porque lo que quiere es; sin embargo, la analogía no es tan mala.
Quizás es feliz el que encuentra que para serlo no necesita tantas cosas. El que mucho desea, el que se sume en delirios de grandeza, honras, fama y riqueza no generará más que turbación en su alma. Esta es una verdad estoica sumamente vieja, pero que tendríamos que tener más en cuenta.
Llorar puede desahogar y sirve. Sin embargo, cuando ahondamos en los motivos, nos damos cuenta que pocas realidades justifican esa tristeza. No demos el gusto de llorar a nuestro cuerpo que sufrirá. Si vamos a llorar que sea de risa.
Si no crees en ti, ¿quién lo hará? Y así como decimos que no hay que hablar grandilocuencias de uno ni exagerar sus cualidades, lo inverso es igualmente cierto: ningunearnos, menospreciarnos no nos lleva a ningún sitio. O sí, uno muy feo: un pozo depresivo.
Cualquier sabiduría que propenda a la autarquía, a cierta satisfacción de sí, nos puede servir para conseguir la gran y afamada felicidad. Que no se nos escape aunque parezca escurridiza o camaleónica, ya que en ella se debate lo más sustantivo de nuestra existencia.
El ser humano es ese animal que llora por tonterías y es capaz de dejar su vida o alma por vacuidades. En verdad, tendría que poseer una herramienta o criterio más importante para dirimir lo sustantivo de lo que no lo es.
El hombre feliz y positivo siempre encontrará una excusa para multiplicar esas sensaciones placenteras. En negativo también se regodeará de lo oscuro y caliginoso. Ya sabemos, entonces, con quien juntarnos, queridos lectores.
Ser joven toda la vida, entonces, si eso quiere decir felicidad, falta de preocupaciones excesivas, seriedad para afrontar los problemas realmente importantes y jovialidad para seguir adelante. Hay en el mundo muchos jóvenes viejos y vetustos jóvenes.
La felicidad puede ser tan grande que esa delgada línea entre sueño y realidad se pierde. Pascal solía decir que si un pobre soñara siempre 12 horas del día que es rey, sería igual de feliz que el rey que sueña 12 horas al día que es pobre. En definitiva, lo que diferencia el sueño de la realidad es la continuidad. Busquemos, entonces, esa bendición.
Que la satisfacción siempre se dé y si ponemos la vara alta que sea siempre motivo de goce y no de frustración. Recuerda que el que mucho acapara poco aprieta. A veces es mejor dejarse llevar más por lo pequeño, lo seguro y no tanto por glorias que traerán luego enormes dolores de cabeza.
Yo soy único e irrepetible. La causa de mi ser debe ser mi causa y no buscarla en la patria, en la familia, en Dios, en el Hombre, en los políticos. Porque luego, en definitiva, te das cuenta que tu causa es insignificante ante las causas enormes y ajenas. Los soldados olvidados de su país, el padre no querido por sus hijos, el silencio de la deidad, la anulación en una enorme y abigarrada humanidad ¿Y los políticos? Mejor de ellos ni hablemos.
Si se quiere se puede. Es una frase trillada, repetida y que guarda una enorme verdad. No porque siempre se pueda cuando se anhela, pero si que nos dispone de la mejor manera. Recordemos que una disposición es ya una inclinación, una potencialidad positiva para actuar.
No sabemos si ser feliz es una decisión, si pasa simplemente por una cuestión de intelección. Sin embargo, eso no quita que pensar positivamente sea malo o baladí. Ya sabemos que los pensamientos suelen dominarnos. Escojamos a un monarca bueno antes que un tirano despótico.
Los ideales sirven para caminar y seguir adelante; aunque también son focos de enormes frustraciones si son desmesurados. Los estoicos por eso solían decir que un verdadero maestro en su sabiduría no existía. Pero lo repetimos: sirve para mejorar de todos modos.
La magia de una sonrisa: es tan importante sonreír que, sin darnos cuenta, nos disponemos de mejor manera ante las situaciones, los sujetos y el mundo en totalidad.
Nacemos ignorantes y luego de un largo proceso de aprendizaje llegamos a otra ignorancia: la docta. El problema no son los primeros, perfectibles; ni los segundos, nobles y dispuestos a reconocer sus limitaciones. No. La cuestión complicada radica en los que se quedan en el medio, que suponen saber ignorando que ignoran.
Miles de maneras para llegar a lo mismo: la felicidad.