Imágenes con frases filosóficas cortas sobre la vida
Filosofía por aquí, filosofía por allá. En rigor de verdad, cuando utilizamos este vocablo esgrimimos algo muy importante: que el pensamiento es sustantivo. Nada de dar por hecho las cosas, sea la materia que sea (vida, muerte, amistad, amor, relaciones de poder, etc), sino pensarlas, darles el visto bueno o no en cada rincón de su ser; en definitiva, tener en cuenta las máximas aristas posibles. La filosofía siempre será una ingeniería que hace loas del cavilar, una sapiencia que tiene como norma el darle medularidad más a los interrogantes que a las respuestas, ya que las últimas pueden devenir totalitarias. A continuación te dejamos frases cortas sobre la vida ¡Imperdible!
Frases filosóficas cortas sobre la vida
¿La vida puede ser una materia de pensamiento? ¿No es un objeto demasiado lábil para nuestras reflexiones? ¿Un animal demasiado perspicaz que se nos escapa por todas partes? Sin embargo, siempre se puede hacer el intento, aunque las aristas sean múltiples, los tópicos a millares y las horas de cavilación realmente infinitas. Este posteo busca realizar en pequeño, muy pequeño, semejante empresa.
El deseo a veces ha sido pensado como el auténtico yo, la parte genuina que nos habla; otros simplemente han cavilado sobre este tópico de manera negativa, teniéndolo a aquel como un rapto biológico. Es importante esta última posición porque nos deja en claro que nunca nos debemos guiar por los deseos, demasiados frágiles, dispuestos a desaparecer ni bien se han cumplido.
Reírse cuando dicen mentira de uno. Una premisa sumamente hedonista, que no hace complicaciones ni genera incordios cuando estos en realidad no existen. Es que en rigor de verdad, la problemática existirá siempre y cuando el ser humano la genere, si la crea en la mente; de lo contrario, no puede ni tocarnos remotamente.
¿Y si detenemos el pensamiento? ¿Si nos dejamos llevar simplemente por la pasión del vitalismo que inunda nuestras venas? ¿No seríamos una suerte de río que fluye sin cesar, a pesar de los obstáculos que pueden obliterar el camino? Es una oportunidad que poco tiene que ver con el pensamiento o lo analiza de una forma extrema, distinta.
Solemos jerarquizar los días en anodinos, importantes, malos, indiferentes, parcos, sobrios, grises, ricos, etc. Sin embargo, la vida es importante en cualquier fragmento de su extensión; no admite, digámoslo en forma diáfana, ningún esquema piramidal. En todo caso la vida es un enorme horizonte.
Fíjate siempre, presta atención en los resultados, ya que si no te agradan algo estás haciendo mal, querido lector. Lo peor que podemos realizar en tales trances es no admitir culpabilidad, soslayar el gran grado (horrorosa cacofonía) que tenemos de responsabilidad en nuestra vida.
El miedo es gástrico; si fuera por éste nos mantendría inmóviles en un sitio determinado, sin hacer precisamente nada. No, realmente semejante actitud no conviene ni nunca convendrá ¿Por qué? Porque el único motor de progreso en el hombre es el intento y del intento, naturalmente, deviene la falla. Poco importa esto último, ya que cataliza cualquier clase de crecimiento.
La vida en los años. Sí, eso es lo que importa. Por lo tanto, podemos vislumbrar un anciano con muchos años en su espalda y, sin embargo, nula vida; asimismo podemos analizar a un joven que le sacó hasta el último zumo al existir ¿Cómo darse cuenta de ello? Por el grado de felicidad de cada hombre. Hay una tristeza oscura en la persona que sabe que el tren ya pasó.
La vida debe ser nuestra materia más preciada; el motivo de cada uno de nuestros desvelos perpetuos. Nada de desperdiciarla ¿Cómo nos damos cuenta de esto? Cada quien sabe en su fuero íntimo si es feliz o no, si ejectura en el diario existir los menesteres que ama o solo lleva adelante tareas fatigosas, odiosas. Sí, cada quien es medida para semejante cavilaciones personales.
Un poquito de todo, de eso se trata. En rigor de verdad, por simple naturaleza, nuestro intelecto y memoria son voraces; no conocen de límites. Por ende, sería bueno acercarse a semejante índole, dar el gusto sobre esa realidad.
La sabiduría deviene totalitaria, absolutista, cuando se supone que lo que sabemos es suficiente. No, en rigor de verdad, siempre se aprende, siempre debemos estar en estado de apertura para progresar; lo contrario es ignorancia necia. En rigor de verdad, nunca dejaremos de ser ignorantes; pero preferimos que esta última sea docta.
El no intento siempre será el peor de los fracasos. Lo sabemos; poseemos un sentimiento gris cuando acaecen estas cosas. Pero, en rigor de verdad, la falla, el fracaso, es lo mejor que nos puede pasar. No hay mejor escuela que la del error en la vida.
No nos pensemos nunca solo como intelecto. No, en rigor de verdad hay pasiones, existe la parte irracional del ser que se escapa ante las deduciones, inducciones y cualquier otra tarea de la lógica. El hombre nunca se podrá reducir a un silogismo, por eso a veces lo vemos realizar tareas imprudentes ¿Y a veces llega a buen puerto? Muchas veces, claro que sí.
Funcionamos muchas veces por contraste, aunque a veces lo olvidemos. En rigor de verdad, así como gozamos de las estrellas ante la oscuridad que las rodea y resalta, también la felicidad es lo que es porque por momento hay tristeza o por lo menos momentos de neutralidad.
Levantarse es una obligación, pero también contiene una profunda heroicidad. Es que si lo pensamos un segundo, todo lo que sea fallar, frustrarse y arremeter nuevamente no importando nada, es algo impresionante. Así crecemos, a partir de las contradicciones; no existe otra forma realmente.
La modificación en el existir es un hecho bruto. Lo que fue ayer es difícil que sea hoy o mañana, lo cual equivale a decir que es una gran mentira pensar que todos los días el sol sale y se pone; no existe tal analogía porque todo es transfiguración. Sin embargo, crecer, progresar, medrar, eso equivale a una decisión propia, sostenida en el tiempo.
Nunca un mal capítulo equivale a fulminar la historia o convertirla en una totalidad lóbrega. No, en rigor de verdad siempre se puede mejorar, cambiar, modificar, crear un punto bisagra, etc. Los falatismos en estas cuestiones nunca serán positivos para nadie; eso lo debes tener en cuenta, querido lector.
Si la vida es corta, la conclusión no es compleja: no somos maestros en nada, estamos llenos de ignorancia y no podemos perdernos ni en ciclópeas empresas ni mucho menos en personas negativas. Sí, la cuestión es simple: debemos actuar de manera rauda.
Los límites siempre estarán en tu cabeza. Por lo tanto, es mejor no darle cabida siempre; encontrarse uno con las posibilidades intactas y saber cuándo las fuerzas han sido absolutamente dispuestas en una empresa y cuándo aún nos sobran.
Pensar es positivo, pero pensar excesivamente a veces contrae complicaciones por doquier. Es anteponer un sujeto en momentos en donde solo nos tendríamos que eyectar, casi prerreflexicamente. Tal vez cuando dejamos de pensar comenzamos a disfrutar lo que está sucediendo. Pero claro: esto también es un pensamientos ¿Un nuevo círculo vicioso?