20 Calaveritas literarias populares del día de muertos

Las Calaveritas literarias hacen a las producciones tradicionales más importantes de todo México. Una muestra de cultura y también de belleza que extraña a los extranjeros: la muerte es presentada, ridiculizada, se le pierde, de algún modo, el temor. A continuación presentamos todo sobre las calaveritas literarias: definición, historia, cómo hacerlas y ejemplos. 

Qué son las calaveritas literarias?

La calavera literaria es una composición en verso tradicional mexicana. Estas creaciones están plagadas de sátira, originalidad y mucha muerte. Sin lugar a dudas hacen a la tradición de México.

También se las conoce como «panteones», las calaveras literarias están conformadas por una suerte de versos rítmicos o epigramas (composiciones poéticas breves que expresan pensamientos satíricos e ingeniosos). Sin embargo, lo que las hace destacar es que la temática principal es la muerte y una muerte vista y analizada desde la picardía, la sátira y la ironía. 

En sus formatos actuales suelen ir publicadas y decoradas con imágenes caricaturescas de personas, temática o asuntos, a los cuales se dedican en versos.

Ejemplos de calaveritas literarias populares

¡Feliz día de los Muertos!

A vivir una aventura yo me fui,
una casa sola en el bosque descubrí.
Y al entrar a la cocina algo extraño yo miré.
La calaca cocinando muy a gusto con mandil.
Preparaba postres, carnes, todo un festín,
para sus invitados que estaban por venir.

Calavera a la suegra

Ella se ahogó en su veneno,
pobre señora ya no respiró.
Del cielo raudo cayó un trueno
y la muerte se la llevó como costal.
Vuele con Dios suegra querida,
córtele a los ángeles sus alas,
porque no creo que el cachudo
la admita en su infierno personal.
No se preocupe señora ya váyase,
yo me quedo con su hija y mi humor,
porque de burlas nacen las sonrisas
y de las risas las dudas de donde estará.
Y ya no vuelva ni en Día de Muertos
porque asustará a los otros y a los demás,
a esos extraviados y lumínicos espectros
que están buscando como regresar.

Héctor

Héctor feliz paseaba allá por Guadalajara,
Cuando se le acerco la catrina bailando muy tapatía
“Vengo por ti”, le decía baile y baile sin parar
Y aunque estés sin documentos así te he de llevar
Ahora Héctor está en el cielo
Y ha armado un tremendo carnaval
Con su batido de coco
A todos ha puesto a bailar un rap y uno que otro cha-cha-chá.

Ver También   Cómo escribir calaveritas literarias (con ejemplos)

Adela

Adela feliz sonreía
queriendo la vida disfrutar
mas la muerte en la mira la tenía
ya se la quería llevar.

De nada sirvió su llanto
ni sus súplicas de piedad
la muerte se la echó en el manto
para llevarla al más allá.

Abelarlo

Abelardo salió de la escuela
y cuando a su casa llegó.
A la muerte en persona,
en su cocina lo encontró.

La muerte estaba cocinado
un delicioso pastel de fresa.
Para cuando entro el maestro
el pastel ya estaba en la mesa.

Se pusieron los dos a comer.
El pastel estaba caliente,
pero eso no les importó
al maestro y a la muerte.

Los machistas de la redes

La Calaca hasta estaba
de todos los usuarios
que a las mujeres
siempre culpaban
de ocasionar su propio calvario.

A todos esos malos
la huesuda les envió,
un cofre lleno de «troles».
Ni un alma sobrevivió.

Calaverita

Estaba la flaca aburrida en su hamaca,
pues no tenía sus botas cuadra,
de pronto aparece y a todos sorprende
luciendo coqueta y guardando la línea
con las nuevas botas que compró en línea.

Calaveritas mexicanas

Los ricos por su elegancia,
los rotitos con redrojos,
los pobres por su miseria,
los tontos por su ignorancia,
los jóvenes por su infancia,
los hombres de edad madura,
todos en la sepultura,
con las viejas, ¡qué ficción!,
serán, como dice el cura:
calaveras del montón.

La calavera

La calavera llegó
y mucha hambre le dio,
pero por más que comió
todo se le salió,
así que en huesos se quedó.

La muerte atrevida

Dicen que la muerte anda
buscando a alguien a quien enamorar
no se confíen mis amigos
es para podérselos llevar.

Cómo escribir calaveritas literarias

Toda persona puede hacer sus propias calaveritas literarias. A continuación en sencillos pasos explicaremos como nuestros lectores pueden hacer las propias.

  • Conceptualizar la calavera: La estructura de una calavera consta de inicio, desarrollo y desenlace. Las estrofas son de cuatro líneas, debe tener como temática a la muerte y por supuesto la persona, a partir de la cual se escribe.
  • Usar variedad de palabras: Si tenemos un listado de palabras como sinónimos de la muerte, siempre es fácil realizar una calavera. Aquí facilitamos algunos sinónimos de la muerte para que el lector utilice: Catrina, parca, flaca, tilica, huesuda, blanca, entre otras. No pueden faltar palabras vinculadas a la muerte como flores, panteón, ataúd, entre otros términos.
  • Identificar a un personaje: Hay que establecer a qué personaje homenajeamos y debemos enlistar los elementos que lo caracterizan. Las acciones que realiza, las características físicas y psíquicas que posee, son buenos ejemplos.
  • Contexto: El personaje necesita una historia en la que se vincule con la muerte. Sí, no solo hablamos del Día de los Muertos o la víspera, sino también de alguna anécdota que en lo posible sea graciosa.
  • Con rima y ritmo: No debe descuidarse el aspecto sonoro de la calaverita, porque está sometida a verso. Estos últimos debían tener extensiones similares y deben rimar, ya sea mediante la coincidencia de vocales y consonantes o solo vocales. Asimismo, se debe cuidar la métrica, por ejemplo, el número de sílabas: que solo oscilen entre 8 a 10.
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Tradición de las calaveritas literarias en México

La tradición de las calaveras literarias es tan antigua que nos remonta a antes de la creación de México como estado nación: «La Portentosa Vida de la Muerte», escrita por Fray Joaquín de Bolaños, un religioso franciscano. Se trata este de un texto vital para entender la estética de la muerte novohispánica y que se suele comprender como antecedente. Aquí la muerte oscila entre la tragedia y la comedia.

Sin embargo, sería recién a mediados del siglo XIX que la calaverita literaria tiene su expresión como la conocemos . Historiadores nos dicen que las primeras, ya en un México independiente, datan de 1849, aparecidas en un periódico denominado El Socialista, editado en Guadalajara, Jalisco, por José Indelicato.

Estas calaveritas literarias que se publicaban en los medios impresos se conformaban en versos y en ellos se criticaba a la alta sociedad por querer asemejarse a las élites europeas. Se inspiraban en los epitafios y las ostentosidades que portaban estas adineradas e importantes personalidades. Las críticas, además, tenían por función reclamar justicias o buscar el bien común.

Asimismo, debemos mencionar a la calaverita más famosa, originada en 1910, «la calavera garbancera», de Guadalupe Posada. Este término aludía a los comerciantes de garbanzos que pretendían ser o vestían como la aristocracia europea, en forma de rechazo a su herencia y cultura indígena. Luego llegaría la estética de Diego Rivera, quien en 1947 rebautizaría a la calavera de Posadas como La Catrina.

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La figura de La Catrina se ha consolidado con el paso del tiempo como un acompañante regular de las calaveritas literarias, que se solían publicar con basta regularidad en los medios impresos. La figura es una representación de la muerte, que decora los versos y suele estar presente en la narrativa.

Calaveritas literarias famosas

La muerte en la escuela

Ya llega el día de muertos
y la calaca ya ronda
por la escuela,
quiere llevarse
a todos los maestros,
amarraditos en la cajuela.

Otra calaverita escolar

Calaverita de azúcar,
de azúcar y canela,
no me vayas a llevar
aunque no vaya a la escuela.

La muerte otra vez

Ella se toma tiempo,
tiene toda una vida esperando,
pero cuando menos la aguardas,
ahí está la Muerte envenenando.

Y ella llega siempre,
tan segura en el desenlace,
maldita Calaca poderosa,
tú siempre eres vanidosa.

Al señor de la tienda

Al señor de la tiendita
lo visito la calaquita,
le compró unas veladoras,
para ponerlas en su altar,
después al tendero
se lo pasó a llevar.

 

La vida es breve

Pasan los años,
la calaca está esperando,
pasan los días,
ellas se relame.
Es que tarde o temprano,
la parca lo sabe
tú darás el último respiro
y la catrina te buscará.

A los alumnos

Los alumnos se murieron
no es difícil de entender
se murieron de tristeza,
porque no pudieron aprender.

La muerte en la escuela

La muerte llegó a la escuela
porque quería estudiar,
pero estaba muy flaca
y no la quisieron aceptar.
Pensaron que estaba enferma
y a todos iba a contagiar.

La muerte en la escuela 2

Ya se va la muerte de la escuela
va triste y lleva su mochila cargada,
va a extrañar,
a todos sus compañeros
porque de la escuela
no se quiere marchar.

La Catrina

Queriendo buscar transporte
que la llevara muy lejos,
más allá de cualquier rancho,
sin que la distancia acorte,
asustar siempre era su deporte.

Una Calaca con hambre

El maestro contento
compró pan de muerto,
a la flaca se le antojó
y puras migajas le dejó.

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